A finales del siglo XIX y principios del XX la fotografía comienza a popularizarse y muchos fotógrafos salen a la calle con sus cámaras minuteras.

El proyecto de la Cámara Minutera lo inicié en 2016 con la construcción de una maqueta a escala 1:1 a partir de una simple caja de cartón de una mudanza. La cámara definitiva la he construido en madera de ocumen, de forma casi artesanal, según un modelo afgano de 1920 y he modificado algunos aspectos mecánicos incorporando en su interior el laboratorio completo de revelado.

La secuencia de trabajo es la siguiente: se realiza una primera toma sobre papel que se revela siguiendo el proceso químico de la fotografía analógica obteniendo un negativo inicial. Posteriormente se realiza una nueva toma de ese negativo, con un portanegativos accesorio, obteniendo el positivo final una vez revelado, lavado y secado.

Ahora lleva una lente Rodenstock de 90 mm pero puede trabajar como estenopeica y cuenta con un chasis de 9x12 cm para el papel. Tiene cubetas de revelado y fijado y un sistema de enfoque con railes que desplaza todo el bloque del chasis.



Algunas fotografías con sus negativos correspondientes (ver también Fotografías Minuteras):

La Cámara Minutera ya ha estado en Madrid, Aranjuez, Toledo, Fuenlabrada, Sóller, Fornalux, Valldemosa, Manacor, Sineu, Chinchilla, Lozoya, Monreal del Campo, Cercedilla, Humanes, Segovia, Vitoria, San Sebastián, Bilbao... y seguimos. Desde marzo de 2019 estoy todos los fines de semana en la Plaza de Murillo de Madrid, entre el Museo del Prado y el Jardín Botánico.

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